Los Troquilidos

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LOS TROQUILIDOS (TROCHILIDAE)

Colibríes, Tucusitos y Chupaflores

 

 

Constituyen una familia abundante de aves, 337 especies, todas exclusivas del Continente Americano, particularmente Sur América, siendo en Colombia donde habitan en mayor diversidad. En Venezuela hay 104 especies. Su vida media es de 4-5 años, pero pueden vivir hasta 12.

Los colibríes son las más pequeñas de las aves, llegando a medir, el colibrí zunzuncito, 5.6 cm, 1,6-2 g. Sin embargo su cerebro es 4,2 % de su peso corporal, la mayor proporción entre las aves; mientras que su corazón en 2.5 % de su peso.

Tienen excelente memoria y visión, aunque no tan buen olfato. A  diferencia de las mariposas y otros insectos que van a las flores por el olor, los troquilidos lo hacen por el color, y memorizan las flores que han visitado.

Poseen un elevado metabolismo. Temperatura corporal 41,6ºC, elevado ritmo cardíaco, hasta 1.260 latidos por minuto, 250 en reposo. Baten sus alas normalmente entre 40-80, los más pequeños unas 120 veces. Particularmente las que habitan en zonas altas, o en altas latitudes, bajan su metabolismo cuando duermen hasta un estado de torpor, cerca de 5 % de su valor diurno, la temperatura corporal la reducen hasta un valor cercano a la fría temperatura ambiente de la zona; sus pulsaciones las baja casi a cero; al despertar salir de ese letargo, les toma unos 20 minutos.

La mayoría de las aves baten sus alas de arriba abajo, generando el empuje en el movimiento descendente. Los troquilidos baten sus alas dibujando un 8 en el plano horizontal, lo cual les permite generar empuje en el batido hacia delante y hacia atrás. De hecho pueden rotar las alas 360 grados, lo que les permite flotar en el aire y volar en retroceso.

Se alimentan del néctar de las flores, participando muy activamente en el proceso de polinización; visitan unas 1,000 flores diariamente, e ingieren alimento entre 0,5-8 veces su peso diariamente; como fuente de proteínas consumen pequeños insectos particularmente la hembra cuando están criando. Pueden ser en extremo agresivos al defender su fuente de alimento y a sus crías.

Son solitarios, no se aparean de por vida, como muchas de las otras aves. La hembra es la única responsable de hacer el nido y cuidar a las crías, que nacen ciegas y permanecen en el nido cerca de 3 semanas. El nido es ajustado al pequeño tamaño de las crías -solo dos por nido-, está cementado con seda de araña, lo cual permite que se expanda a medida que crecen los pichones. Generalmente no migran, pero las especies que sí lo hacen llegan a recorrer grandes distancias.

Durante el día, emplean 10-15 % del tiempo alimentándose, mientras que –aunque no lo parezca- 75-80 % permanecen tranquilamente perchados. Sus débiles patas no les permiten caminar ni brincar, solo percharse, de allí el nombre del orden en el que son colocados, junto con los vencejos, los Apodiforme (del griego “sin pies”, los de las patas atrofiadas), aunque otros los colocan en su propio orden, los Troquiliformes.

 

El gran colorido, y en particular la iridiscencia de su plumaje, no es causada por la pigmentación, sino por difracción de la luz al atravesar la estructura de las plumas que actúa como microprismas; este efecto lo manejan a voluntad cambiando localmente la orientación de sus plumas para lograr deslumbrantes efectos.

 

 

Todas las ilustraciones son del Diamante Bronceado Coliazul

 

Alfredo Rosas Romero, con el apoyo de Carlo Ferraro Russo (Queensland, Australia)

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